COMENZAR CON ESPERANZA
Queridas familias:
Aunque ya llevamos unos días de curso, quiero aprovechar para daros la bienvenida y desearos un feliz año escolar, además de compartir una reflexión que creo puede ayudarnos a todos a empezar con ilusión renovada y un horizonte grande.
La realidad es un gran misterio que nos desafía, si nos dejamos, y se puede convertir en el camino para poder crecer como personas, el único camino, incluso cuando parece que se pone en contra.
¿Cómo se puede vivir ante la dureza de la realidad? Sólo si existe una esperanza que nos sostiene, y sólo en compañía. Todos tenemos innumerables ejemplos de esto: me viene ahora a la cabeza el empuje y entusiasmo de nuestros amigos profesores de un colegio en Venezuela, o el compromiso y la pasión de muchos antiguos alumnos a los que veo vivir circunstancias difíciles y renuncias personales que no les restan alegría.
Para descubrir esta esperanza presente, es necesario y urgente educar, o, lo que es lo mismo, introducir en la realidad llegando hasta la pregunta por el significado de todo. Introducir en la realidad como es, no como nos gustaría que fuera, con sus aristas y sus roces, con su dolor y con su atractivo, con su belleza, con su significado.
Si no nos preguntamos el sentido que tiene el impacto con la realidad, hacemos generaciones incapacitadas para vivir. Preguntas como “¿Qué puede ofrecer un niño y qué queremos para él?” “¿Qué voy a estudiar?, ¿qué sentido tiene ahora?” son cuestiones ineludibles para cualquiera que quiera vivir en serio y educar. Y en esta tarea de preguntarse hasta el fondo por la realidad que tenemos delante, no estamos solos, pertenecemos a una comunidad educativa que puede y quiere trabajar para hacer hombres y mujeres deseosos de construir su vida y contribuir al bien común.
Pero para apasionarse por la realidad y preguntarse es necesario tener una hipótesis positiva sobre lo que es vivir, sobre el valor infinito de cada persona, un valor que nos viene dado por la novedad que introduce el cristianismo. El cristianismo tiene todo que ver con la vida.
Puede introducir en la existencia de cada hombre una novedad hermosa y total, una esperanza presente. Esa novedad tiene que ver con una concepción de la familia, de la persona y con una suprema estima de su libertad; tiene que ver con una forma bella y constructiva de vivir el trabajo, y de especial modo, el trabajo junto a otros. Además, tiene que ver con la eventualidad de que mi vida puede ser algo grande, fascinante; un camino precioso – incluso duro – con un destino bueno. Tiene que ver con la posibilidad de que mis heridas puedan curarse.
Todo esto está en el origen de nuestro colegio, y precisamente por eso queremos empezar el curso escolar con la celebración de la Eucaristía. No se trata de una cuestión confesional, sino de reconocer un hecho, la Encarnación, sin el que la esperanza no es posible, sin el que no existiría nada de lo que aquí se vive.
Deseamos que dicha celebración sea lo que literalmente significa Eucaristía: acción de gracias. Por lo que somos, por lo que hemos recibido, por lo que se nos dará durante el curso.
La Misa será el día 10 de octubre a las 17:00 h en la parroquia de san Carlos Borromeo.
Esperamos poder compartirla contigo.
Con afecto,
El equipo directivo
