EL CORO MAXIMILIANO KOLBE, GANADOR DEL CONCURSO NACIONAL DE COROS ESCOLARES
El pasado viernes, 12 de junio, tuvo lugar la final del II Concurso Nacional de Coros Escolares, organizado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en el Auditorio Nacional de Madrid. El Coro Maximiliano Kolbe llegaba a la final por segundo año consecutivo (ha obtenido plaza en ella los dos años que se ha celebrado) y no defraudó: en esta ocasión se alzó con el primer premio del Certamen de su modalidad (coros de Secundaria), compartiendo el galardón con el Coro Las Veredas, el otro coro que participaba en esta categoría y que firmó una gran actuación.
Para la ocasión, se habían presentado al certamen casi 30 coros de toda España que compitieron en las tres categorías existentes, dándole un alto nivel artístico a esta edición.
El maestro José María Álvarez, como es habitual, presentaba un programa de cuatro piezas complicado y bien balanceado: en primer lugar, la pieza obligada del concurso, Dime robadora, del Cancionero de Upsala. La primera de las de libre elección fue La sombra de mi alma, con texto de Federico García Lorca y música de Adelino Barrio, quien estuvo presente en la sala. Esta pieza posee un valor muy especial para el coro pues fue la pieza obligada del último Certamen de Coros Escolares de la Comunidad de Madrid, donde el Coro Maximiliano Kolbe se alzó también con la victoria el pasado mes de marzo. Esta moderna obra constituye todo un reto musical por estar repleta de disonancias y cambios de tempo, así como de indicaciones expresivas del autor que la convertían en algo sumamente delicado de interpretar. Esto no pasó inadvertido ni al jurado, ni al público, ni al resto de los coros, ni al propio autor, que allí mismo volvió a felicitar al grupo por su actuación ejemplar.
A continuación, The Battle of Jericho, arreglo del gran Moses Hogan, un negro espiritual de gran dificultad pues está escrito para nada menos que ocho voces. Se cerró la actuación con Chan Chan, un son cubano que le dio un increíble sabor a la actuación. De gran complejidad igualmente por los ritmos asincopados y con varios divisis en cada cuerda, esta pieza valió la Mención de Honor al solista, Juan Monsalve, por la calidad vocal e interpretativa de su solo al final de la obra, sombrero en mano, y que se paseó con gran soltura por el escenario. Para la ocasión, Monsalve había preparado su propia versión del solo, haciéndolo suyo, y eso tuvo recompensa.
Este premio consagra al Coro Maximiliano Kolbe en el “olimpo” de los coros juveniles de nuestro país, pues en sólo seis años, desde su creación, y de la mano de Álvarez, ha cosechado cuatro primeros premios en el Certamen de Coros Escolares de la CAM, un segundo premio en el Certamen Nacional, y este primer premio en dicho concurso, todo un ejemplo de trabajo duro, entrega e ilusión.