EL SENTIDO DE LA NAVIDAD
Queridas familias y profesores:
Hemos propuesto a nuestros alumnos mayores un texto del gran escritor inglés Gilbert Keith Chesterton para introducir al misterio de la Navidad, por su juicio atinado sobre la “celebración” de la misma que hace nuestra sociedad. Lo acompañamos de un texto de Luigi Giussani, que nos pone delante el gran acontecimiento que festejamos estos días. Ojalá estas navidades dejemos espacio a que lo maravilloso ocurra.
“La Navidad, que en el siglo XVII tuvo que ser rescatada de la tristeza, tiene que ser rescatada en el siglo XX de la frivolidad. (…) La gente está perdiendo la capacidad de disfrutar la Navidad porque la ha identificado con el jolgorio. Una vez que han perdido de vista la antigua sugestión de que la Navidad es por algo que ocurre, caen naturalmente en pausas en las que se preguntan con asombro si es que ocurre algo de verdad. Que se nos diga que nos alegremos el día de Navidad es razonable e inteligente, pero sólo si se entiende lo que el mismo nombre de la fiesta significa. Que se nos diga que nos alegremos el 25 de diciembre es como si alguien nos dice que nos alegremos a las once y cuarto de un jueves por la mañana. Uno no puede ser frívolo así, de repente, a no ser que crea que existe una razón seria para ser frívolo. Un hombre podría organizar una fiesta si hubiera heredado una fortuna; incluso podría hacer bromas sobre la fortuna. Pero no haría nada de eso si la fortuna fuera una broma. (…) No se puede empezar ni siquiera una juerga por una herencia que es sólo ficticia. No se puede empezar una juerga para celebrar un milagro del que se sabe que no es más que un engaño de milagro. Al desechar el aspecto divino de la Navidad y exigir sólo el humano, se está pidiendo demasiado a la naturaleza humana. Se está pidiendo a los ciudadanos que iluminen la ciudad por una victoria que no ha tenido lugar.
Hoy nuestra tarea consiste en rescatar la festividad de la frivolidad. Es la única manera de que vuelva a ser festiva”.
Gilbert Keith Chesterton
“El acontecimiento cristiano tiene la forma del encuentro con una realidad física, corporal, hecha de espacio y tiempo. Es el encuentro con una realidad presente, viviente, integralmente humana, cuyo significado exhaustivo radica en que es signo visible de la presencia de Cristo, de Dios-hecho-hombre dentro de la precariedad de un rostro humano. Este encuentro es lo que continuamente polariza nuestra vida, es lo que da significado y síntesis a nuestra existencia. Fuera de él no hay ninguna otra fuente de novedad en la vida”.
Luigi Giussani